La reciente trama en la Municipalidad Provincial de Cajabamba (MPC) sigue generando inquietud. Hiroaki Villalobos Cabrera, funcionario cuestionado por presuntos actos de corrupción en su rol en Defensa Civil, había decidido presentar su renuncia, según fuentes cercanas, para proteger su imagen de cara a una posible candidatura a la alcaldía de Laredo en las próximas elecciones. Sin embargo, cuando su renuncia estaba lista, el gerente municipal, Jhonny Carranza Pastor, intervino.
De acuerdo con los testimonios, Carranza fue insistente en persuadir a Villalobos, al parecer, convencido de que su permanencia en la MPC fortalecería el equipo y permitiría “trabajar bien juntos”. Esta intervención causó sorpresa, ya que Villalobos había enfrentado serias críticas, incluida la sospecha de direccionar inspecciones y presuntos cobros de “cupos” a locales, lo que ya había generado descontento en la comunidad.
Incluso, figuras locales como el subprefecto de Cajabamba, Pedro Salaverry, se vieron obligadas a deslindarse públicamente de cualquier relación con Villalobos, a pesar de que fotografías sugieren reuniones previas entre ambos.
Con esta intervención de Carranza, Hiroaki Villalobos sigue en su puesto. La pregunta, entonces, queda en el aire para los ciudadanos de Cajabamba, que se sienten cada vez más indignados por el clima político y las polémicas en la gestión del alcalde Juan Pérez Campos: ¿Por qué Jhonny Carranza insistió tanto en que Villalobos no renuncie? ¿Será realmente por el bien de Cajabamba o por otros intereses?
